martes, 21 de febrero de 2012

Un sector de la Izquierda desairada se reacomoda.


PC y PS Nuevo proyecto de colaboración de clases en marcha.

La definición de Ollanta Humala por la gran patronal minera y sus intereses dejó mal parada a la “izquierda” conciliadora que lo apoyó, desde dentro o fuera del gobierno. Hoy esa “izquierda” ha reaccionado con dos orientaciones: por un lado, el Partido Comunista (PC) de Mario Huamán y el Partido Socialista (PS) de Javier Diez Canseco siguen dentro del gobierno manteniendo sus embajadas, viceministerios y sus asientos en la
bancada de Gana Perú en el Congreso, evitando enfrentarse a Ollanta Humala culpando de los males al premier Oscar Valdés. De ese modo justifican su permanencia en el gobierno mientras levantan como caballito de batalla la defensa del “programa original” de Humala para intentar agrupar a los descontentos dentro del Partido Nacionalista.

Por el otro, Patria Roja (PR) junto a Tierra y Libertad (TyL) y la intelectualidad “de izquierda” desaforada del gobierno –Carlos Tapia, Sinesio López, etc. – del colectivo “Ciudadanos por el cambio”, han adoptado una táctica diferente: posicionarse el frente de la movilización contra Conga, evitando siempre que ésta se desborde, para capitalizar el descontento de un sector del movimiento de masas que ha roto con Humala a raíz de esta lucha, con miras al 2014 y, principalmente, al 2016.

Una “izquierda” a la medida

Ambos proyectos son variantes de una misma política: formar un nuevo proyecto electoral hacia el 2016. Pero, ¿qué tipo de proyecto? ¿Escarmentó la “izquierda” de su bochornosa experiencia con Ollanta y el nacionalismo? ¿Buscará forjar ahora una alternativa de izquierda independiente de la burguesía? La respuesta, para mala noticia de sus sufridos seguidores que anhelan una auténtica alternativa de izquierda, es no.

Desde adentro y desde afuera, la “izquierda” se ha adaptado al programa de la “gran transformación” y luego a la “hoja de ruta” para apoyar a Ollanta. Por eso no hizo cuestión de Estado con el nombramiento de los patronales Luis Castilla y Julio Velarde en el Ministerio de Economía y en el BCR, respectivamente. El distanciamiento con Ollanta se produce no por el programa sino por la política, cuando el modelo de “diálogo y concertación” entró en crisis al asomar las primeras luchas populares.

Ahora, con las mismas herramientas (“gran transformación”, “hoja de ruta”) quieren emprender ellos mismos, sin intermediarios, la conciliación con la burguesía y el imperialismo. Por eso, evitan avanzar en el camino de la lucha consecuente, agrupando a las organizaciones obreras y populares en un plan de lucha nacional que tenga por objetivo derrotar al gobierno, que hoy es el principal guardián de los intereses de Yanacocha y los grandes capitales imperialistas en el país.

Ambos sectores de la “izquierda”, en esencia, reafirman así su renuncia a pelear por una salida de fondo a los problemas del pueblo trabajador: el socialismo. Una “izquierda” a la medida de la burguesía, como ya hace mucho tiempo lo es la socialdemocracia europea, o la cercana experiencia de la “Concertación” chilena.

Hay que recuperar las banderas históricas de la izquierda

Por el contrario, para nosotros la lucha de los trabajadores y el pueblo contra el proyecto Conga o por la solución de sus demandas más importantes, no ha dejado de ser, en esencia, la lucha por el poder de la clase obrera y sus aliados para construir el socialismo.

Por eso, es indispensable abrir un debate con los activistas y luchadores que se sienten de izquierda, para recuperar las banderas históricas que delimitaron a la izquierda en el país y en el mundo: la lucha contra el imperialismo, contra la conciliación de clases, por la dictadura revolucionaria del proletariado, por el socialismo; y, por la construcción de un partido obrero, marxista y revolucionario para conquistar estos objetivos.

Escrito por Víctor Montes // Bandera Socialista # 71

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