viernes, 24 de febrero de 2012

LAS RAZONES DE UNA LUCHA JUSTA Y DE UN EMPECINAMIENTO GUBERNAMENTAL: ¿Por qué no a Conga?


El proyecto Conga, de la mi­nera norteamericana Newmont y del grupo Buenaventura, se ha convertido en el principal nudo de los conflictos que enfrentan al gobierno de Ollanta Humala con el pueblo cajamarquino y gran parte del pueblo peruano.

A las pocas semanas de inicia­do el conflicto, Humala declaró enfáticamente: “Conga Va”, pro­vocando la cólera de la población que había alentado la esperanza de que el Presidente recordaría su compromiso electoral de “de­fender el agua antes que el oro”. La protesta popular consiguió la suspensión del proyecto, luego de lo cual vino el cese del gabi­nete Lerner, dando paso al del coronel Valdés quien se ganó el puesto promoviendo el Estado de Emergencia.

La huelga fue suspendida pero el gobierno ensayó diver­sas formas de represión, como la detención arbitraria de varios dirigentes del movimiento que realizaban gestiones en Lima, y el inusitado bloqueo de las cuentas del Gobierno Regional.

El precio del gravamen minero

El Presidente se encuentra em­peñado en sacar adelante el pro­yecto, primero por el compromi­so asumido en la negociación del gravamen minero, aquella salida muy barata frente a las sobre ganancias, y en segundo lugar por­que el gobierno ha enganchado a ese gravamen el financiamiento de sus raquíticos programas de “inclusión social”. En realidad, esto no se diferencia cualitativa­mente del discurso de García so­bre el “perro del hortelano”; este modelo no trae inclusión sino más riqueza para unos cuantos y destrucción del medio ambiente, y sobreexplotación de los trabaja­dores.

Como parte de su nueva estra­tegia el gobierno nombró como Ministro del Ambiente a otro personaje con vínculos inoculta­bles con la minera (solo días an­tes venía postulando a ocupar un cargo en Yanacocha), y convocó un “peritaje internacional” para tratar de legitimar el proyecto, mientras ofrece un millonario plan de inversiones en Cajamarca que disuada a la población de su empeño por impedir el proyecto, pasando por encima del Gobier­no Regional que es el que debe­ría ejecutar dicho plan.

No obstante, el proyecto es inviable ambientalmente. Las “falencias” del estudio de im­pacto ambiental, aprobado en el Ministerio de Energía y Minas nada menos que por un ex fun­cionario de Yanacocha, fueron reveladas en un informe del Mi­nisterio del Ambiente durante el mismo conflicto y fueron una de las razones que causaron la caí­da del gabinete Lerner; dicho in­forme considera que los impac­tos ambientales no habían sido evaluados en su exacta dimen­sión por la magnitud del proyec­to, su ubicación en cabecera de cuenca y la fragilidad del ecosis­tema; además, el proyecto con­signa que un reservorio artificial que no cumple las mismas fun­ciones de una laguna natural, ni tampoco se ha estimado el vo­lumen de agua que se pierde al desaparecer los bofedales (hu­medales de altura). Un informe lapidario elaborado en la entra­ña del propio gobierno.

En un encuentro Científico realizado en Lima, el Dr. Wilfredo Palomino, especialista en mine­ría e impacto ambiental, sostuvo enfáticamente que en Estados Unidos no sería posible llevar a cabo un proyecto como Conga, ”porque los relaves se filtran de todas maneras, ya que el 90% de deshechos son elementos quí­micos, como el cianuro, que se utilizan para separar los minera­les y poco a poco hacen huecos en las plataformas construidas para contener dichos relaves; y a través de estos huecos se filtran y contaminan las aguas subterrá­neas que sirven para el consumo de los seres vivos; ocasionando daños irreversibles”.

A pesar de las evidencias el presidente Humala declaró en su reciente gira “no vamos a abortar una criatura de seis meses y hare­mos todo lo posible por arreglar los cuestionamientos para que salga bien”. En la misma línea, Valdés ha salido a decir que si Conga No Va, recaerá sobre el país una multimillonaria multa imposible de pagar. Denunciado internacionalmente por su invia­bilidad jurídica y medioambien­tal, y la forma fraudulenta como fue cocinado, sería un escándalo más que caiga sobre el país una denuncia o una multa impagable.

Para el gobierno solo cuenta la decisión de la empresa y no el re­chazo de la población que defien­de el agua y el medio ambiente. El citado Dr. Palomino afirmó también que en el país del nor­te existen leyes de consulta que permiten que los pueblos mino­ritarios aprueben o desaprueben las actividades mineras en sus te­rritorios; es decir, el pueblo otor­ga la “licencia social”, el gobierno federal la respalda y el gobierno nacional la respeta”. Sin embar­go, a nuestro país se lo trata como “patio trasero” y se pretende im­ponerle el proyecto a la población y a sus propias autoridades, e in­cluso pasando por encima de una Ordenanza del Gobierno Regional (Nº 036-2011) que declaró invia­ble dicho proyecto. Nuevamente estamos ante la política del “perro del hortelano” defendida por Gar­cía y que llevó al fatídico “Bagua­zo”.

No bastan razones…

Para el gobierno no vale la ra­zón sino solo su decisión de llevar adelante el proyecto. Por eso a la razón que exhiben los que dicen NO A CONGA es necesario sumar­le la fuerza y la unidad de todo el pueblo y la clase trabajadora para derrotar la maquinaria represiva que prepara el gobierno. Así como el este convoca a un amplio frente patronal para imponer el proyec­to, los que se oponen al proyecto están en la necesidad de articular un frente único de todas las orga­nizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y populares, para derrotar este plan del gobierno y hacer respetar la voluntad del pueblo cajamarquino.

El triunfo del No a Conga, sin lu­gar a dudas, abrirá el camino para que la lucha de diversos sectores, dirigidas muchas de ellas contra otros proyectos mineros, también encuentren un camino de solución.

El cuento de la prosperidad minera

El pueblo de Cajamarca vi­vió en carne propia el verda­dero impacto de 19 años de la Minera Yanacocha: 40% de valle ha desaparecido, hay ra­cionamiento de agua porque se han secado varias lagunas, crece la prostitución, campea la delincuencia. La mina se construyó destruyendo una laguna del mismo nombre.

Por otro lado, el 59% de la región Cajamarca no tiene luz eléctrica, 26% está sin agua, 38% sufre de desnutrición (to­dos datos de Foncodes).

En contraste con las ingentes riquezas que extrajo la minera y que la llevó a convertirse en una de las más importantes del mundo, quedan los ríos conta­minados y desastres como el de Choropampa, donde un de­rrame de mercurio trajo muer­te y enfermedades en la humil­de población campesina.

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