martes, 6 de marzo de 2012

¡No al machismo y a la opresión! En defensa de los derechos de las mujeres: ¡Abajo los planes de ajuste! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas


De la Plaza Tahir a Syntagma, de Sol a Ocuppy Wall Street, las mujeres están en la lucha

Una de las imágenes más impactantes que recorrió el mundo fue la de una activista egipcia siendo brutalmente golpeada, arrastrada, pisoteada y con su ropa siendo arrancada por los soldados del ejército egipcio.

Una escena que marca la brutalidad, la barbarie y la injusticia capitalista expresada en una furiosa violencia machista. Pero también muestra la firmeza, la valentía y el coraje de las que luchan. Una escena, entre tantas, que imprimió a las revoluciones en el norte de África y Medio Oriente, además del protagonismo popular y de la juventud, un rostro de mujer.

En Egipto fueron las mujeres obreras del sector textil quienes hicieron la primera huelga que originó el ascenso obrero contra Mubarak. Fueron ellas las que recorrieron las demás fábricas para convencer a sus compañeros de clase de unirse a la huelga. Esta misma fábrica textil de Mahalla al Kubra, convocó a una huelga el 6 de abril de 2008, ocasión en que fueron duramente reprimidas.

Los jóvenes que iniciaron las protestas en la Plaza Tahir, después se denominaron movimiento 6 de abril, en apoyo a la clase obrera textil. Enfrentando a la dictadura y la opresión, las mujeres, con velos y sin velos, estuvieron en la Plaza Tahir y siguen en la lucha, enfrentando el gobierno y también el machismo.

En Europa, al otro lado del océano, la crisis capitalista y los sucesivos planes de ajuste, recortes y super explotación en contra la clase trabajadora, golpea a fondo a las mujeres y sus derechos conquistados con mucha lucha. Es sobre las mujeres y demás sectores oprimidos, como los inmigrantes y la juventud, que recaen primero los efectos de la guerra social que los capitalistas están llevando adelante contra la clase trabajadora. Junto al derrumbe del llamado Estado de Bienestar, están atacando todas las conquistas que las mujeres trabajadoras obtuvieron.

Frente a esto, hace años los gobiernos capitalistas buscan presentar una mentira: la de que las mujeres estarían prácticamente emancipadas bajo este sistema, cuya característica principal es la explotación y la desigualdad.

La verdad es que la desigualdad y la opresión es un arma útil a la explotación. Incluso en los países donde la clase y las mujeres más conquistas obtuvieron, estamos lejos de tener igualdad: las mujeres ganan un sueldo inferior que los hombres en todo el mundo. Estas cifras varían de 16% en Suecia o Dinamarca, a 23% en Alemania, 33% en Brasil o entre 26 y 30% en la Argentina.

La violencia es otro dato aterrador que viene aumentando en todo el mundo. La pobreza y el hambre golpea más a las mujeres: 70% de los que viven sumidos en la pobreza son mujeres.

Las mujeres que en los años de crecimiento económico son superexplotadas e incorporadas al mercado laboral ganando menos, en años de crisis, en general, son las que cargan el costo de los ajustes y recortes sociales.

Es cierto que las mujeres, especialmente como producto de la lucha de las mujeres trabajadoras de conjunto, obtuvimos una serie de conquistas. Pero todas ellas están permanentemente amenazadas.

En la Europa de hoy, por ejemplo, todos los gobiernos aplican los planes de ajuste de la troika, de la U.E, del FMI, planes que están atacando todos los derechos duramente conquistados. Cada recorte social genera desempleo y, especialmente en este momento, con los despidos en el servicio público, despidos masivos de mujeres en sectores como educación y salud, por ejemplo, además de arrojar hacia el ámbito doméstico tareas que el Estado antes realizaba, como el cuidado de enfermos, ancianos, niños o incluso la tentativa de dificultar o disminuir la duración de la baja por maternidad. A las medidas prácticas, se añade una campaña reaccionaria y conservadora en defensa de que el lugar de la mujer es el hogar. La iglesia, por ejemplo, en países como España y Portugal, tiene declaraciones en los medios de obispos diciendo directamente este tipo de aberraciones.

Hay una ofensiva ideológica también en contra del aborto legal y de medidas prácticas, con recortes en salud y derechos, que lo dificultan, como en Inglaterra y España. Las leyes que existían en pro de la igualdad, que no eran aplicadas y ni garantizaban efectivamente la igualdad, están en la mira, por lo que se profundizará en mucho la desigualdad, la opresión y, con esto, la explotación de la clase obrera de conjunto.
Pero también en las manifestaciones en Europa, las mujeres están en la lucha y, como en Egipto, se destacan y tienen gran peso, como en las últimas manifestaciones multitudinarias que hubo en el Estado español.

En América Latina tenemos la doble jornada, la desigualdad salarial, la falta de guarderías, la creciente violencia contra las mujeres y la impunidad de los asesinos, como en Brasil, o directamente el hambre, como en Haití, o aún el hecho terrible de la muerte de mujeres por abortos mal hechos y de forma clandestina, por no ser legalizado y además ser criminalizado. Muchas mujeres mueren por abortos hechos en condiciones precarias.

De la misma forma en que las mujeres son las primeras en sufrir las consecuencias de las injusticias y ataques de los gobiernos, también se las encuentra entre las primeras en salir a luchar.

Es así que otra foto recorrió las redes sociales: la de una mujer de Pinheirinho, (un barrio con más de 6.000 personas construido a partir de la ocupación de terrenos urbanos en el Brasil), con sus hijos, rodeada de fuego y bombas que la policía lanzaba en el desalojo violento que realizó en ese barrio, una acción autoritaria y de violación flagrante de los derechos humanos, que impactó a los brasileños y repercutió en el mundo.

Las “damas de hierro” no nos representan
El capitalismo y muchas organizaciones de mujeres quieren presentar como una conquista que nos beneficiaría los gobiernos capitalistas de Ángela Merkel, Bachelet, Cristina Kirchner o incluso Dilma Rousseff. Como si las mujeres burguesas y trabajadoras fuesen iguales sólo bastara con conquistar más lugares para las mujeres bajo el capitalismo.

Pero la opresión de la mujer trabajadora es diferente a la que sufre la mujer burguesa, pues para nosotras la opresión significa explotación y doble jornada. Y cada mujer capitalista, más aún las gobernantes capitalistas, actúan en pro de la profundización de la opresión de las mujeres, en la medida que conducen los recortes y la explotación.
Cumplen un rol absolutamente reaccionario, como por ejemplo, el de la vicepresidenta del gobierno de Rajoy en España, Soraya Sáenz de Santamaría, que recientemente defendió que las mujeres puedan tener licencias de maternidad más cortas, a sólo 10 días después del parto, poniéndose como ejemplo. Para ella es fácil, pues esta conservadora tiene todas las condiciones para explotar a otras mujeres y hacer que cuiden de su niño, además de revelar una profunda ignorancia sobre las necesidades de cuidado de los niños.

En plena ofensiva contra la clase obrera y sobre la mujeres trabajadoras, se presenta como una gran película y ejemplo la vida de Margareth Thatcher, la “Dama de Hierro”, como si una de las más grandes defensoras de la explotación y de la desigualdad en el mundo fuera una conquista de la emancipación de las mujeres.

O más aún Dilma Rousseff, en quien la clase obrera y las mujeres tienen mucha expectativa, pero que para garantizar sus alianzas con la clase dominante y con la iglesia, no se opone a la campaña reaccionaria en contra de la descriminalización del aborto, colocando en riesgo de retroceso la poquísima asistencia que las mujeres tienen en este caso.

Desde la LIT-CI decimos claramente: ¡Estas mujeres no nos representan!
Trabajadoras y trabajadores unidos contra los gobiernos capitalistas y la opresión

La igualdad no es posible bajo el capitalismo, puesto que este sistema es campeón en desigualdad.

Las mujeres tienen que luchar cotidianamente por los más mínimos derechos bajo este sistema, para conquistarlos y defenderlos. Pero siempre cada mínima conquista estará siempre amenazada, porque la razón de ser del capitalismo es el lucro y la explotación en beneficio de la banca y de los capitalistas. Y los capitalistas usarán permanentemente la discriminación como arma para lograr más explotación.

Así mantiene bajo la opresión a más de la mitad de la población del planeta, las mujeres. La opresión golpea más aún a las mujeres pertenecientes a otros sectores oprimidos por el capitalismo, como las mujeres jóvenes, negras, inmigrantes o lesbianas.

En la crisis económica mundial en que vivimos, esta cara perversa se profundiza y los ataques se vuelven brutales y colocan en riesgo todas las conquistas duramente obtenidas.

En esta lucha, las mujeres burguesas en general están con su clase, defendiendo los planes de ajustes.

En algunas luchas, mujeres burguesas se pueden sumar, como la defensa de la legalización del aborto, pero estarán siempre limitadas en su actuación, sobre todo en tiempos como éste, donde se trata de enfrentarse duramente con los gobiernos capitalistas y sus planes de explotación.

Pero la conquista de la emancipación sólo podrá ocurrir bajo otro sistema, bajo un sistema sin explotación que solo es posible si hacemos la revolución socialista. Y esta lucha une a las mujeres y hombres de la clase trabajadora.

Los trabajadores precisan asumir con nosotras la lucha contra la opresión, pues la revolución socialista es imposible sin la participación de las mujeres

La clase trabajadora de conjunto, o sea, también los hombres de la clase trabajadora precisan asumir las banderas de la emancipación y liberación de las mujeres y las luchas por nuestros derechos.

Pues los hombres trabajadores que defienden o practican el machismo hacen, consciente o inconscientemente, el juego que quiere el sistema, la patronal y sus gobiernos.

La lucha contra la opresión y las desigualdades necesita tener voz en la lucha de la clase trabajadora, para hacerla más fuerte ahora mismo en la lucha general para que esta crisis no la paguemos nosotras y nosotros.

Y también porque debemos luchar por un mundo sin explotación, pero también sin opresión.
¡Las mujeres debemos continuar sumándonos a la lucha!

Cada vez somos más las mujeres trabajadoras que nos sumamos a la lucha en defensa de nuestros derechos, en la lucha contra los recortes y “ajustes”, en la lucha contra el capitalismo y sus gobiernos, en la lucha por el socialismo. Es deber de las y los revolucionarios impulsar una mayor participación de las mujeres en sus organizaciones e incorporarlas a la lucha. Esto es estratégico pues, sin la participación efectiva de las mujeres (mitad de la fuerza laboral en el mundo), no existe posibilidad mantener u obtener nuevas conquistas, mucho menos de llegar al socialismo.

Por eso, en este 8 de marzo, desde la LIT-CI hacemos un llamado a todas las mujeres trabajadoras a organizarse, a salir a luchar y, en ese mismo proceso, a construir con nosotras y nosotros partidos revolucionarios como parte de una Internacional.

Secretaría Internacional de la Mujer
Liga Internacional de los Trabajadores
Marzo de 2012

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