viernes, 6 de noviembre de 2015

A 98 AÑOS DE LA REVOLUCION RUSA



Todos los grandes logros de los que la civilización se puede ufanar hasta hoy se fundan en los hombros de quienes han sido y somos la mayoría de la humanidad; en los esfuerzos de su parte más creativa y más humilde que finalmente somos el sustento de ese desarrollo moderno. Los trabajadores. Y si no, ¿Que sería de los ricos sin quienes trabajan en sus negocios, manufacturas, fábricas, minas, usinas nucleares, bancos, financieras y etc. de instituciones que generan dinero para ser aprovechado solo esos poquitos que se adueñan de todo?, ¿Qué sería de los ricos sin los trabajadores que somos quienes finalmente compramos los que producen otros trabajadores?, ¿De qué tanto desarrollo nos hablan los que se apropian de todo si toda la inteligencia se usa solamente para generar nada más que dinero y más dinero?, ¿De qué tanto se ufana el orden social si uno no deja de escuchar entre las noticias que hay tanto hambre y desgracia por todas partes?, ¿Qué opción tendrán las nuevas generaciones de disfrutar lo que a la naturaleza le queda aún para brindarnos?, ¿Tendrán felicidad y gozo?, ¿Tendrán derechos para vivir mejor?
Cuenta la historia que se intentó crear otras leyes y otras instituciones que forjaran una mejor situación para la mayoría, que se intentó eso que hoy parece utopía para los más, la mayoría. Esa historia, aunque lamentablemente frustrada por un sector inescrupuloso de la izquierda que se adaptó al esquema capitalista, es sin embargo digna de recordar y reivindicar. Es la historia de la revolución en Rusia, esa historia que intentaron los trabajadores en Octubre de 1917.
¿Y qué de bueno tendríamos para recordar de ella para ese otro mejor futuro que el que hoy nos trae como pesadilla el capitalismo? Sus primeras medidas podrían quizás graficárnoslo.
La completa supresión de la división de la sociedad en clases.
El aplastamiento implacable de la resistencia de los explotadores.
El establecimiento de la organización socialista de la sociedad y la victoria del socialismo en todos los países.
Los primeros años de la revolución el pueblo consiguió enormes derechos y conquistas.
Se proclamó la implantación del control obrero, como primer paso, para las fábricas, talleres, minas, ferrocarriles y demás medios de producción y transporte pasen por entero a ser del estado obrero y campesino.


Quedó abolida la propiedad privada de la tierra. Toda la tierra, junto con los medios de producción agrícolas, es proclamada propiedad del pueblo trabajador.

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